José Antonio Muñoz me entrevistó para El Prat Radio. Dejo aquí el link y desde aquí le doy las gracias:
Xènia Bussé me hace un cuestionario en el Diario de Tarragona -pág. 10 del pdf-:
http://www.diaridetarragona.com/resources/archivos/2009/3/29/1238343991295EN280309.pdfY Nora Almada me entrevista para literaturas.com
Si vais a la página podréis ver la estupenda caricatura que me ha hecho Diego Abelenda.
De todos modos, aquí os la dejo copiada:
«Bueno, una vez más todo depende de la mirada. Desde el lugar desde el que se mira. Del punto de vista, en definitiva. Nada es de una sola manera»
Flavia Company nació en Buenos Aires en 1963 y a los diez años se instaló en Cataluña junto a su familia. Es traductora, crítica literaria, colaboradora en diversas publicaciones, coordinadora de talleres literarios y ha sido también presentadora de un programa televisivo de cultura. Escritora de ensayo, cuentos, artículos periodísticos y novela, es una creadora múltiple. En la Editorial Páginas de Espuma acaba de publicar Con la soga al cuello, su nuevo libro de cuentos.
NA – Parece ser esta una época de proliferación de libros de cuentos. Acaban de editar dos amigas tuyas, Abad y Fernández Cubas, y ahora tú. ¿Qué significa esta maravilla?
FC – Es verdad, se ha dado la feliz coincidencia de que mis amigas Fernández Cubas y Abad han sacado también sus libros de cuentos. No sé si las cosas han cambiado respecto a épocas anteriores, pero sí parece cierto que los cuentos reciben más y mejor acogida entre los medios y los lectores. No hay más que pensar en la tríada de premios que acaba de llevarse Fernández Cubas: el Cálamo, el Ciutat de Barcelona y el Salambó.
NA – Tú eres una escritora que aborda diferentes géneros. ¿Cómo te posicionas ante cada uno de ellos?
FC – Con la voluntad de transgredirlos, mezclarlos, cuestionarlos y usarlos para experimentar.
NA – Yo definiría tu nuevo libro como un volumen de puntos de inflexión. ¿Cómo lo ves tú?
FC – Sí, de algún modo todas son historias en las que se relata un punto de inflexión, lo que a mí me gusta llamar un “momento bisagra”, justo ese período de la vida en que estamos a punto de cambiarlo todo, de dejar atrás lo que fuimos, lo que ocurrió, lo anterior. Momentos en que nos dan un diagnóstico médico difícil de asumir, en que nos abandona nuestra pareja, en que nos quedamos en paro o descubrimos nuestros límites.
NA – En tus historias, las relaciones tienen una vuelta, una forma que las aleja de lo estipulado ¿Te interesa este tema?
FC – Me interesan las relaciones. Los espacios de intersección entre los personajes, los espacios propios, las invasiones, los regalos, las zonas oscuras, las ocultas, las secretas, las mentidas.
NA – Una de las sensaciones que tuve al leer tu libro, producida por la intensidad de los textos, es la de ahogo, como si realmente la soga la tuviera yo ¿Por qué crees que a alguien que lee puede pasarle esto?
FC – Me parece que resulta bastante fácil para los lectores identificarse con muchas de las historias de este volumen. Porque hayan pasado por algo similar o porque teman que les toque algo parecido tarde o temprano. Con la soga al cuello habla de todos nosotros, de cómo lo imprevisto irrumpe en la cotidianidad y produce cambios de alcance imprevisible.
NA – El libro se inicia con un viaje en tren y toda la lectura parece un mismo recorrido ¿Ha sido esa tu intención, cómo has trabajado la escritura de cada texto y la unión entre todos ellos?
FC – Que el primero de los relatos sea un viaje en tren no es, en efecto, casual. Por una parte tiene una lectura simbólica, puesto que el viaje representa la vida, y por el otro es una clara invitación al lector, para que se suba “en el mismo tren”. La unión de los textos viene dada por la intención y por el tema que se asoma en todos los relatos. Mi intención era mostrar la vulnerabilidad humana y la heroicidad de superar, una vez tras otra, obstáculos complicados. Por lo que se refiere a la vulnerabilidad, tenía claro que había que enfrentar a los personajes a situaciones adversas. Todos nosotros, frente a la adversidad, somos más vulnerables, porque nos mostramos tal cual, no podemos entretenernos, mientras nos defendemos o estamos frente al abismo, en adornarnos, disfrazarnos ni maquillarnos. Al fin y al cabo, cuando tenemos lo que deseamos, somos más o menos quienes queremos ser. Pero cuando nos toca lo que de ningún modo queremos, somos lo que buenamente podemos. Esa realidad está en todos los cuentos, de un modo u otro. Todos sus personajes son héroes, o antihéroes, que se descubren a sí mismos gracias a algún tipo de dolor.
NA –En tu obra, hay grupos de libros que parecen tener un hilo conductor , incluso en tu nuevo libro hay dos textos que surgen de La mitad sombría, ¿Cómo encaras cada nuevo trabajo? ¿Existe realmente esa conducción?
FC – La verdad, veo mis escritos como un todo, continuo y sin cortes. Lo que escribo está relacionado, forma parte de un minúsculo mundo, el mío, y las conexiones me resultan inevitables. Cuando escribo un texto nuevo, tengo en mente todos los anteriores. Sin quererlo, de un modo natural.
NA – En algunos de tus cuentos, las cosas se les dan vuelta a los personajes: en Las víctimas, el perseguidor parece ser perseguido, en Rodajas de limón, la que engaña parece ser engañada ¿Todo tiene posibilidad de giro para Flavia Company?
FC – Bueno, una vez más todo depende de la mirada. Desde el lugar desde el que se mira. Del punto de vista, en definitiva. Nada es de una sola manera. Eso es algo que he defendido, creo, en todos mis libros. Quien persigue, es a su vez perseguido (por la propia persecución, incluso). Quien engaña, es a su vez engañado (aunque sea por sí mismo).
NA –¿Cómo ha influido tu formación en filología hispánica en tu obra?
FC – No lo sé con exactitud, pero seguramente el conocimiento, por decirlo del algún modo, desde dentro, me ha ayudado. Estudiar las obras de otros, descubrirlas, deconstruirlas, es siempre un buen aprendizaje a la hora de enfrentarse a la escritura de un texto.
NA –Sé que eres multidisciplinar: te gusta la medicina, la música y seguramente, un montón de cosas que no sé ¿Cómo utilizas ese potencial en el momento de crear? ¿Qué otras cosas necesitas?
FC – Más que multidisciplinar, soy muy curiosa. Me gustan los mundos que no me resultan cercanos, o cotidianos, o fáciles. Conocer es un modo de viajar, justo el que yo he elegido.
NA –Te resistes a las clasificaciones, a las fronteras, a lo que viene dado por la institución ¿Lo mismo te ha pasado con el idioma?
FC – No las necesito: ni las clasificaciones ni las fronteras. Si los demás las necesitan, hay que respetarlo, pero no por ello sumarse a esa necesidad. Para mí no es importante adueñarme de una etiqueta, pero sí es importante que una etiqueta no se adueñe de mí.
NA –En tu obra, se pueden entrever un montón de influencias literarias, como si leerte también posibilitara indagar en otros textos....¿Tu faceta de traductora qué te aporta literariamente?
FC – La traducción es un ejercicio de obediencia: debe una practicar el estilo del otro, asumirlo, entenderlo, indagar en él. Es una manera de aprender a utilizar el idioma de maneras distintas a las que una habría empleado de forma espontánea. Traducir es buscar. Es viajar por otros modos de decir: conocer. Por otra parte, la traducción aporta el ejercicio de la disciplina y de la memoria, que tan necesarias me resultan cuando escribo ficción.
NA – ¿Cómo te posicionas como coordinadora de talleres de escritura? ¿Se puede enseñas a escribir? ¿Cómo ves el mercado editorial y la creación?
FC – Claro que se puede enseñar a escribir. Lo que no puede hacerse es enseñar a ser escritor/a. Por lo que se refiere al mercado editorial y la creación, son fenómenos totalmente distintos. La creación hoy en día tiene tanto que ver con el mercado editorial como con el mercado de la zapatería. Excepciones: alguna editorial pequeña.
NA – ¿A qué libro de los que has escrito te sientes especialmente cerca?
FC – De la novela La mitad sombría. Y de todos los otros, si me permites la boutade.
NA – Tú haces muchas actividades además de escribir libros. ¿Cómo las compaginas, sobresale una de la otra?. Al placer de escribir, me refiero...
FC – Leer, navegar, la música, conversar con mis amistades. Son mis prioridades durante el ocio. Durante el ocio, no obstante, tengo siempre, aunque sea en el fondo del fondo, la sensación de estarle robando horas a la escritura. La escritura es obsesión.
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