He publicado hoy en "El Periódico" un billete sobre el hecho de que uno de cada cinco niños españoles de entre 8 y 11 años no ha probado nunca el tomate (ni las espinacas, los espárragos, o las zanahorias).
Me he acordado entonces de una sección que tenía en ABCD, hace algún tiempo, y de un artículo que allí escribí sobre el deterioro de la agri-Cultura. Y aquí está:
EL PEZ AUSTRAL
Flavia Company
“Tomates y libros”
Antes, hace no tanto tiempo pero el suficiente como para que nos parezca cosa del pasado, los tomates –y quien dice tomates dice albaricoques, melocotones, pepinos o zanahorias- tenían un sabor e incluso un aroma característicos difíciles de describir con palabras pero que, al morderlos, invadían la boca y la nariz por completo, convirtiendo el acto de comerlos –aunque fuera a bocados, tras pasarlos sólo por agua, sin aliñarlos ni acompañarlos con nada- en un verdadero placer.
Ahora los tomates no saben a nada y además tienen todos el mismo tamaño, la misma forma y el mismo olor a objeto no comestible. Es ya imposible demorarse masticándolos y son el triste vestigio de una época en que la agricultura y la tierra eran parte relevante de nuestras vidas.
Podría ser que antes los tomates fueran importantes porque se cultivaban pensando en ellos, es decir en el sol que requerían para desear la vida, en el agua precisa para alimentarlos, en el periodo necesario para que adquirieran la medida y la maduración adecuadas. Y podría ser que ahora hayan dejado de ser importantes porque se acelera su proceso de maduración en cámaras que fingen primaveras con el fin de abastecer el negocio en que se han convertido para los intermediarios que los venden y distribuyen sin importarles de dónde vienen ni adónde van ni cuál va a ser el resultado de su ingestión.
Y hasta podría ser que, en el caso de existir, y aun siendo objetivamente mejores, los tomates cultivados a la antigua no encontraran distribuidores que los repartieran, pues éstos consideraran una pérdida de tiempo y de dinero el tener que recogerlos en su época y sólo en su época y no cuando les llegara un pedido considerable, por ejemplo. (Además los distribuidores, tras tanta indiferencia respecto a su mercancía, habrán llegado ya al extremo de no distinguir entre los distintos tipos de tomates y seguro que semejante circunstancia les importa un pimiento. Su trabajo sólo consiste en colocar cuantos sea posible y en conseguir que los sitúen en sitio preferente en las estanterías de los comercios que los expenden).
Así las cosas, sólo los productores y almacenadores de tomates en cámara y sus respectivos distribuidores pueden hoy en día sobrevivir. Así las cosas, podría parecer que sólo existen esa clase de tomates, fríos y calculados, inodoros e insípidos, fruto no del esfuerzo ni del deseo sino de la inversión. Así las cosas, podríamos pensar que sólo hay tomates de esos cuya semilla se planta con la certeza de que van a salir; tomates de encargo, por decirlo de algún modo. Pero como bien sabemos todos a estas alturas, las apariencias engañan, y aunque de momento no se vean ni se conozcan, hay quienes resisten con la ilusión de defender la dignidad de la agricultura frente a la agria cultura que la maltrata.
Este artículo se titula, como han leído, “Tomates y libros”. Pero para los libros, hay que ver cómo son las cosas, no me ha quedado lugar.
Flavia Company
“Tomates y libros”
Antes, hace no tanto tiempo pero el suficiente como para que nos parezca cosa del pasado, los tomates –y quien dice tomates dice albaricoques, melocotones, pepinos o zanahorias- tenían un sabor e incluso un aroma característicos difíciles de describir con palabras pero que, al morderlos, invadían la boca y la nariz por completo, convirtiendo el acto de comerlos –aunque fuera a bocados, tras pasarlos sólo por agua, sin aliñarlos ni acompañarlos con nada- en un verdadero placer.
Ahora los tomates no saben a nada y además tienen todos el mismo tamaño, la misma forma y el mismo olor a objeto no comestible. Es ya imposible demorarse masticándolos y son el triste vestigio de una época en que la agricultura y la tierra eran parte relevante de nuestras vidas.
Podría ser que antes los tomates fueran importantes porque se cultivaban pensando en ellos, es decir en el sol que requerían para desear la vida, en el agua precisa para alimentarlos, en el periodo necesario para que adquirieran la medida y la maduración adecuadas. Y podría ser que ahora hayan dejado de ser importantes porque se acelera su proceso de maduración en cámaras que fingen primaveras con el fin de abastecer el negocio en que se han convertido para los intermediarios que los venden y distribuyen sin importarles de dónde vienen ni adónde van ni cuál va a ser el resultado de su ingestión.
Y hasta podría ser que, en el caso de existir, y aun siendo objetivamente mejores, los tomates cultivados a la antigua no encontraran distribuidores que los repartieran, pues éstos consideraran una pérdida de tiempo y de dinero el tener que recogerlos en su época y sólo en su época y no cuando les llegara un pedido considerable, por ejemplo. (Además los distribuidores, tras tanta indiferencia respecto a su mercancía, habrán llegado ya al extremo de no distinguir entre los distintos tipos de tomates y seguro que semejante circunstancia les importa un pimiento. Su trabajo sólo consiste en colocar cuantos sea posible y en conseguir que los sitúen en sitio preferente en las estanterías de los comercios que los expenden).
Así las cosas, sólo los productores y almacenadores de tomates en cámara y sus respectivos distribuidores pueden hoy en día sobrevivir. Así las cosas, podría parecer que sólo existen esa clase de tomates, fríos y calculados, inodoros e insípidos, fruto no del esfuerzo ni del deseo sino de la inversión. Así las cosas, podríamos pensar que sólo hay tomates de esos cuya semilla se planta con la certeza de que van a salir; tomates de encargo, por decirlo de algún modo. Pero como bien sabemos todos a estas alturas, las apariencias engañan, y aunque de momento no se vean ni se conozcan, hay quienes resisten con la ilusión de defender la dignidad de la agricultura frente a la agria cultura que la maltrata.
Este artículo se titula, como han leído, “Tomates y libros”. Pero para los libros, hay que ver cómo son las cosas, no me ha quedado lugar.
42 comentarios:
Hay cosas actuales interesantes y luego estan los libros que se reeditan ( el Acantilado se lo esta currando mucho ) yo tengo una cola de libros brutal .
Vale que hay mucho libro poco interesante , pero yo cada vez que entro en una libreria salgo con una cola de libros que me interesan , claro que yo voy a la mejor libreria de Barcelona , si buscas en el FNAC alli si que la batalla la han ganado los libros de autoayuda -
Francis:
Totalmente de acuerdo. No hay que perder la esperanza. De hecho, del huerto de mis vecinos del pueblo salen unos tomates gloriosos.
A veces he dicho por ahí que solamente pertenezco a una organización, Globalizate.org. Pero me olvido de que también soy (lo que pasa es que el trabajo de esto lo hace siempre mi hijo y yo me limito a comerme los resultados) del BAH, Bajo el Asfalto está la Huerta (http://bah.ourproject.org/). Es la única organización autogestionaria de este estilo. Una asamblea formada por los trabajadores y consumidores en pie de igualdad. Entre todos se decide todo. Los consumidores pagamos una cuota mensual, decidida asambleariamente, y a cambio cada jueves se reparte igualitariamente entre todos lo que hay. Si por una sequía o desastre no se cosechara nada en tres meses, seguiríamos pagando igual.
No me enrollo más: el caso es que, temerosos de que las grandes superficies han reducido las especies de tomate (por ejemplo) a 3 o 4, y con una enfermedad nos quedaríamos sin tomates, trabajamos por la diversidad y representantes acuden a concentraciones de este tipo (sobre todo en Cataluña y Francia), donde entre otras cosas se intercambian semillas de todo tipo.
De tomates tenemos más de 10, así que durante el verano (que la bolsa viene repleta), cada semana o dos semanas recibimos variedades de tomate que no habíamos comido nunca. Unos son grandes, otros pequeños, a veces de aspecto feo... ¡pero qué sabor, compañeros!
El proyecto, sin embargo, es díficil de mantener porque las tierras que íbamos a tener en propiedad se quedaron jodidas por el removido de tierras de un parque temático que hicieron cerca. Así que estamos de alquiler y no se pueden hacer las cosas pertinentes.
Por eso me anima que gente como tú, Flavia, hable de los tomates auténticos.
Sé que en Cataluña hay muchas cooperativas de este tipo (no como el BAH, que es la única en Europa, que sepamos), pero sí de las que cultivan lo que se debe cultivar y luego los consumidores compran, por kilos, lo que quieren comprar.
Merece la pena investigar... la cocina de temporada cobra otro sentido. ¿Pero qué hacer con los niños enganchados al ketchup?
Como no le quedó lugar en el artículo para los libros, creó este blog. Aquí encontramos las formas, los sabores y los olores...el tiempo que se utilice para cuidarlos y disfrutarlos es cosa de cada quién. Si es que está en todo! Je,je,je
Nán:
Me encanta lo que cuentas. Me emociona. Gracias.
Botavara:
En lugar de blog, pues, podríamos llamarlo huerto. Jajajaja.
Jajaja, pues sí.Así podría ser la alegría de la huerta.
Por cierto, nunca me gustó esa expresión...¿será que no soy de campo? :)
Gran tema el de los tomates, sí señora...
Hacer crecer los tomates en grandes invernaderos, creando microclimas, permite, durante todo el año, disfrutar de esta hortaliza. Ha desaparecido la ancestral respuesta a "Quiero tomates" (o alcachofas, o fresones): "Aún no es temporada. Esto obliga a hacer todo un estudio sobre cada una de las hortalizas. De la misma tomatera se extraen tres o cuatro generaciones. Por supuesto, ninguna como la primera. Si aprendes a distinguir a qué generación pertenece el tomate, y tienes en cuenta su lugar de procedencia, entonces, puedes siempre optar a buenos tomates. Por supuesto, siempre podemos esperar al tomate de temporada, que lo distinguiremos por el aumento de precio.
¿Ahora no sé si hablaba de tomates o de libros, curiosamente?
Jajajaja. ¡Qué buen paralelismo entre tomates y libros! Novelas que acaban en cámaras frigoríficas para acelerar su maduración. Novelas trangénicas. Perdón, quería decir tomates, tomates...
Decir que yo prefiero el cafe , no soy ingles.
Dintel:
A mí los tomates madurados en cámara no me gustan. De hecho, no me gustan los productos artificiales, y prefiero esperar a que maduren por sí mismos, a su momento. Curiosa coincidencia porque, con los libros, me pasa lo mismo.
Carmen Moreno:
Novelas transgénicas sería un muy buen apodo para muchas de las que hoy rellenan estanterías y mesas de novedades en grandes superficies que insisten en llamarse librerías de manera injusta e inapropiada.
Francis:
Buen juego de palabras. Me has hecho reír.
¡Aquí hay tomate! Nada de Ketchup...que ya sabemos que crea traumas, divorcios,...
Sol:
¡Jajajajaja! Exacto. No me había percatado de que, sobre ketchup, ya había hablado.
Será por lo de triturado, sin ningún género de punto, digo, de dudas.
Botavara:
Sin ningún género de punto: gran sonrisa.
Jajaja.Pues punto en boca :D
Botavara, one point.
La verdad es que yo también me sorprendí cuando escuche la noticia, pero luego caí en la cuenta de que a mi me está costando comprar tomates en los últimos tiempos. ¿Cómo9 le explicas a un niño lo bueno que es y está un tomate si no sabe a ná de ná? Ni saben, ni huelen,... Y así con todo. De hecho ni siquiera a los de "agricultura ecológica" consigo encontrarles ese torrente de sabor y jugo que encontraba de niña en los pueblos gallegos....mmmm, se me hace la boca tomate....
La verdad es que yo también me sorprendí cuando escuche la noticia, pero luego caí en la cuenta de que a mi me está costando comprar tomates en los últimos tiempos. ¿Cómo9 le explicas a un niño lo bueno que es y está un tomate si no sabe a ná de ná? Ni saben, ni huelen,... Y así con todo. De hecho ni siquiera a los de "agricultura ecológica" consigo encontrarles ese torrente de sabor y jugo que encontraba de niña en los pueblos gallegos....mmmm, se me hace la boca tomate....
Tan cierto que los tomates no saben ni huelen a nada como que cada vez tenemos más pescados de piscifactorías en los mercados. El otro día compré dos doradas idénticas en tamaño. Clonadas parecían.
Bueno, como en las librerías, estanterías repletas de libros hechos a la medida del último éxito en ventas.
Penoso.
Hola Flavia:
Hace mucho tiempo que no hablamos. En fin, un placer saber que, como siempre, tu gusto literario va de la mano de su presentación electrónica en este blog. En relación a los toma-bros (neologismo de sumar tomates que no tienen gusto y libros que no tienen interés), soy de tu opinión. El otro día guisé unas habas que no tenían gusto a nada: fallaron las zanahorias, los pimientos, los tomates (ya sé que no suelen ponerse!)...
Muchos recuerdos y un beso. Francesc.
Hace años que selecciono los tomates, por principio ya no compro ninguno cuyo origen sea Almería, ya que su producción es totalmente antinatural. Prueba de comer un tomate de invernadero almeriense con los ojos cerrados y es difícil averiguar su sabor, porque …. no tiene, lo único que nos indica que es un tomate es el tacto de las semillas en la boca, su insipidez es total, lo mismo pasa con otros productos de huerta.
Si con las hortalizas pasa lo que pasa, mas vale no pensar con los animales, como con los pollos que crecen en las granjas en 32 días en lugar de los 6 o 7 meses de crecimiento natural.
Porque cuando te entra un sofoco se te pone la cara como un tomate?
Porque si cantas mal te lanzan tomates?
Porque en Buñol hacen en verano una guerra de tomates?
Porque al programa basura de Telecinco lo llaman El Tomate?
Porque en las peliculas te tiran salsa de tomate para simular sangre?
Porque a los catalanes nos gusta el pan con tomate y al resto del mundo no (excepto a los mallorquines)?
Civisliberum
Tranqui, tomatelo con calma
Zöe:
Tienes razón, es difícil explicar qué es un tomate cuando no hay ninguno de verdad a mano.
Winsta:
Penoso, sí, muy penoso. Como me decía hoy un taxista, "estamos destrozándolo todo".
Francesc:
Ni poniéndoles tomate, saben las habas. Imagínate.
Un gusto verte por aquí.
Civisliberum:
Esas preguntas tuyas merecerían un tratado para ser respondidas, jajajaja!
Y lo de los pollos que crecen en 32 días... pone las plumas de punta. Qué horror.
Francis:
Si es que hay cosas que no se pueden tomatear con calma.
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¿Se nos puede acusar de "destrozarlo todo" si ser hombre (genérico) lleva implícito pensar un segundo después de actuar?
civil... te has dejado la pregunta de por qué al sistema de aireación natural de nuestros calcetines se les llama tomates.
Siempre que ceno legumbres las acompaño de pan ligeramente tostado con tomate. ¿Me aceptas en la cofradía? ¿Aunque no sea de allí?
Consejo general. De la parte de abajo del tomate salen unas rayas, Cada raya representa una cavidad con semillas en el interior. Como esa es la parte que sabe (mucho si el tomate es bueno, poco si es malo), cuantas más rayas, mejor.
Bueno si de tomates hablamos tendriais que ver los que trae mi padre del huerto,totalmente ecologicos,sin ninguna clase de tratamiento quimico,con ese olor y ese sabor de lo autentico,bueno tu ya sabes que en la Rapita somos asi de autenticos.
En cambio todo lo que es artificial se nota enseguida,sean tomates,libros o los pechos de la Obregon.
Tomates de mentira y dos horas menos de literatura y lengua en los institutos...la agricultura está fatal.
Dintel:
Por suerte no todo el mundo piensa después de actuar.
Y por cierto, el uso genérico de hombre gústame más bien poco. Apuesto por ser humano, curiosamente.
Nán:
¿Rayas? ¿Qué rayas? Santo cielo, ¿qué clase de basura estamos comiendo? Yo no he visto ninguna raya. ¿Raya o hendidura?
Helena:
¿Tú has visto rayas en los tomates rapitencs?
Memoria:
Lamento no poder llevarte la contraria.
por la parte de abajo, del centro justo, salen como unas "arruguillas" muy finas en dirección hacia arriba.
Nán:
Creo que los ciudadanos que padecemos el "tomaterismo" de super vamos a necesitar soporte gráfico. Jajajajaja.
¡No me digas que os venden tomates sin rayas! je, jé.
Nán:
Y cosas peores.
Ui! si solo fuesen insípidos los tomates...
Porque a la mayoría de la raza humana se la sigue fecundando como siempre, y no veas el sabor que está perdiendo...
Menos mal que de vez en cuando aparece alguna con marcado "tufo" generoso.
Grácias por este blog, Flavia.
Ui! me ha salido anónimo. Es que soy nueva. Joder, con lo que me ha costado elegir un nombre! Esto es una prueba para ver si me sale. Vaya tomate estoy yo hecha.
Castafiore "anónima":
Gracias por tus dos entradas, si es que las dos son tuyas, tal y como me ha parecido entender.
Por cierto, gran elección el nombre. Me ha encantado.
Atenció a la definició de la Viquipèdia:
El tomàquet, tomaca, tomata, tomàtec, tomàtic, tomàtiga o domàtiga és el fruit de la tomaquera, tomatera, tomatiguera o domatiguera (Solanum lycopersicum).
He estat per aquí tafanejant una bona estona; ara me'n vaig. Però com no, donada la teva gentilessa, no volia marxar d'aquí sense dir-te gràcies, per ser, per preguntar-te!!!
La pilota de marbre s'esmicola, i la de goma rebota.
Bon camí, feliç trajecte!
festidiada:
Gràcies per tafanejar i per deixar testimoni de la teva tafanejada, hahahaha. Fins aviat!
Me has recordado la canción esa de
You like potaeto and I like potato
You like tomaeto and I like tomato
Potaeto, potato, tomaeto, tomato
donde Fred Astaire y Ginger Rogers discuten sobre sus diferencias de pronunciación ("tomato", "tomeito").
No cerremos nunca las puertas a los buenos tomates, pero lo bueno de la agri-Cultura, en mi opinión, es que todo tiene su momento puesto en su sitio, incluso los tomates de encargo y los cultivados en casa por amateurs, que poca gente ve y que a veces salen mejor y a veces peor, pero hechos con cariño y sin ánimo de lucro. Hay que ver, no me ha quedado tiempo para hablar de libros y blogs.
(todo el mundo que haya visto dibujos animados sabe que los tomates con traje a rayas están en prisión)
frilanser:
Esos tomates prisioneros me han llegado al alma, te lo aseguro.
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