Que el tatuaje aún no está terminado, dice la mujer que lo lleva puesto y que lo muestra mediante foto mientras permanece vestida con el uniforme que le corresponde.
Le he pedido que me enviara la imagen al móvil, y le he comentado que era para colgarla en el blog y compartirla con quien se pasara por aquí. Le ha parecido estupendo. Y aquí la tenéis.
El año que viene, una vez acabada la obra, podrían enviarla a la Documenta, con Adrià si repite, y si no con quien la esté tatuando, que bien merece un reconocimiento.
2 comentarios:
Puedo perdonar a Adrià que destroce una lechuga para hacer una mousse. Me cuesta más perdonar al artista que nos ocupa por pintarrajear sobre una obra de arte. Sinceramente, se me ocurren otras maravillas que dibujar sobre semejante cuerpo, sin dejar huellas sobre la piel, quizás ni siquiera en el corazón.
La cuestión es: no sabemos si la lechuga está de acuerdo con Adrià, cuando el señor la desmenuza para licuarla. La mujer-lienzo está de acuerdo con la mano que la tiñe y la ilustra.
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