A continuación copio el manifiesto que ha enviado el profesor de la UPV Juanjosé Lanz en defensa de mantener la existencia de las carreras de Filología Hispánica, Clásica, Francesa y Alemana en la UPV, cuya prevista eliminacion constituye una aberración para el pensamiento y el conocimiento en libertad. Es urgente una movilización cultural en defensa de mantener dichas filologías. Para enviar firmas de apoyo os anoto su correo: juanjose.lanz@ehu.es.
MANIFIESTO
Ante los rumores aparecidos en prensa sobre la desaparición de las titulaciones de Filología Hispánica, Francesa, Clásica y Alemana en la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, los alumnos y profesores de la Facultad de Letras manifestamos lo siguiente:
1) La eliminación de estas cuatro filologías supone la amputación de una parte fundamental del patrimonio cultural de la Comunidad Autónoma Vasca, con la disminución del capital intelectual y simbólico que ello supone y el coste social que implica en el marco europeo en que nos ubicamos.
2) La L.O.U. y los Estatutos de la UPV-EHU definen como uno de los objetivos principales de la Universidad la “preparación para el ejercicio de actividades profesionales”, pero, según recogen la ley y los citados estatutos, es también tarea primordial de la Universidad garantizar “la difusión del conocimiento y la cultura”, “el desarrollo de la ciencia […] así como […] la transferencia del conocimiento al servicio de la cultura, de la calidad de la vida” y la formación de una actitud “crítica”.
3) No se puede estructurar la enseñanza superior atendiendo exclusivamente a las necesidades mercantiles de un sistema económico y social que proyecta su rentabilidad económica a corto plazo. Los beneficios sociales de los estudios humanísticos, y de las filologías en particular, son mucho mayores que las ganancias económicas directas que se producen en un sistema de mercado como el que soportamos.
4) El papel de la investigación y de la transferencia de conocimientos en Filología es quizás más difuso que en los dominios de las ciencias duras, pero su impacto social y cultural es tan profundo y duradero como el de aquellas.
5) La eliminación de las cuatro titulaciones de Filología en la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea plantea dos problemas fundamentales: la redefinición del saber en el estadio actual y el papel que la enseñanza superior, pública y de calidad, desempeña en nuestra sociedad.
6) La supresión de estas cuatro titulaciones de la Universidad pública abre el debate sobre la implantación de un modelo privatizado en la enseñanza oficial.
7) A su vez, la extinción de estas cuatro titulaciones cuestiona y desarticula el futuro de la enseñanza secundaria en la Comunidad Autónoma Vasca y su valor como servicio público obligatorio e indispensable para la formación de los ciudadanos. ¿Qué sucederá cuando la demanda de nuevos filólogos en secundaria no pueda ser satisfecha? ¿Quién va a desempeñar esa labor?
8) Es necesario repensar el papel de la investigación y de la transmisión del conocimiento en la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea y en la propia sociedad vasca, y el papel esencial que en ésta desempeñan los estudios de Filología.
9) El estudio de las filologías no es sólo un modo de erudición, sino una forma de profundización en la cultura y de construcción de una identidad histórica y social, tanto en nuestra comunidad como en el contexto europeo.
10) La Universidad debe desempeñar el papel de garante de una conciencia crítica en la sociedad, a la que sirva como espacio de reflexión y de defensa rigurosa de los valores de un sistema plural.
PDL
Plataforma de Defensa de las Letras
UPV/EHU
1) La eliminación de estas cuatro filologías supone la amputación de una parte fundamental del patrimonio cultural de la Comunidad Autónoma Vasca, con la disminución del capital intelectual y simbólico que ello supone y el coste social que implica en el marco europeo en que nos ubicamos.
2) La L.O.U. y los Estatutos de la UPV-EHU definen como uno de los objetivos principales de la Universidad la “preparación para el ejercicio de actividades profesionales”, pero, según recogen la ley y los citados estatutos, es también tarea primordial de la Universidad garantizar “la difusión del conocimiento y la cultura”, “el desarrollo de la ciencia […] así como […] la transferencia del conocimiento al servicio de la cultura, de la calidad de la vida” y la formación de una actitud “crítica”.
3) No se puede estructurar la enseñanza superior atendiendo exclusivamente a las necesidades mercantiles de un sistema económico y social que proyecta su rentabilidad económica a corto plazo. Los beneficios sociales de los estudios humanísticos, y de las filologías en particular, son mucho mayores que las ganancias económicas directas que se producen en un sistema de mercado como el que soportamos.
4) El papel de la investigación y de la transferencia de conocimientos en Filología es quizás más difuso que en los dominios de las ciencias duras, pero su impacto social y cultural es tan profundo y duradero como el de aquellas.
5) La eliminación de las cuatro titulaciones de Filología en la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea plantea dos problemas fundamentales: la redefinición del saber en el estadio actual y el papel que la enseñanza superior, pública y de calidad, desempeña en nuestra sociedad.
6) La supresión de estas cuatro titulaciones de la Universidad pública abre el debate sobre la implantación de un modelo privatizado en la enseñanza oficial.
7) A su vez, la extinción de estas cuatro titulaciones cuestiona y desarticula el futuro de la enseñanza secundaria en la Comunidad Autónoma Vasca y su valor como servicio público obligatorio e indispensable para la formación de los ciudadanos. ¿Qué sucederá cuando la demanda de nuevos filólogos en secundaria no pueda ser satisfecha? ¿Quién va a desempeñar esa labor?
8) Es necesario repensar el papel de la investigación y de la transmisión del conocimiento en la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea y en la propia sociedad vasca, y el papel esencial que en ésta desempeñan los estudios de Filología.
9) El estudio de las filologías no es sólo un modo de erudición, sino una forma de profundización en la cultura y de construcción de una identidad histórica y social, tanto en nuestra comunidad como en el contexto europeo.
10) La Universidad debe desempeñar el papel de garante de una conciencia crítica en la sociedad, a la que sirva como espacio de reflexión y de defensa rigurosa de los valores de un sistema plural.
PDL
Plataforma de Defensa de las Letras
UPV/EHU
13 comentarios:
Efectivamente, es una aberración.
Y la comunidad universitaria no debería permitirlo.
Un beso.
Soledad.
Me sumo.
Soledad:
Es que no se entiende. O mejor dicho: entenderlo es tan triste.
Winsta:
¡Bien!
No sabes cómo me fastidia este tema, Flavia. Y lo cerca que me toca, para mi pesar. Me hace mucha gracia porque los políticos, los rectores académicos, etc. no dejan de decirnos, de repetirnos –hasta la saciedad- que el plan Bolonia es perfecto, que no nos preocupemos porque la Universidad no va a regirse por las normas del mercado, faltaría más. Qué curioso, porque precisamente estas filologías (las de la UPV) tienen menos de 30 alumnos en primer curso. Ajá, no son rentables, claro. Pues se eliminan y punto. Se acabó lo de estudiar Filología Clásica por amor al arte, aún sabiendo que no vas a vivir de ello. Ahora ya no habrá ni siquiera la posibilidad de elegir esos estudios.
Al final, todo se reduce a una mera cuestión económica y estadística.
Perdona por la extensión del comentario, pero es que el tema me saca de quicio… Gracias por dar a conocer el manifiesto :-)
Comparto la opinión de Carold Blenk, que es la general, en el sentido de que a los políticos lo que menos les preocupa es el Humanismo y la Cultura. Lo que pretenden es adiestrar a una Sociedad en la que sus miembros sean borregos que se crean fácilmente todas las sandeces que ellos dicen, y que se crean que lo que hacen los políticos es preocuparse por los ciudadanos, cuando es precisamente lo contrario. Sólo se preocupan de medrar ellos, con todas las excepciones que queráis.
Yo, que he participado en tantas guerras como ésta, soy bastante escéptico y, mal que nos sepa, creo que no hay nada que hacer. Estamos luchando igual que los palestinos: livianas piedras contra tanques blindados. Es así de crudo.
Saludos para todos y un beso para todas (uno para cada una)
Antonio
¡Qué aberración! Prescindir de las Filologías es cortar el cordón principal que nos une al pasado.
Soy filólogo, aunque nunca he ejercido, pero todo lo que aprendí me ha servido para tener una conciencia del lenguaje, me ha permitido ganarme modestamente la vida y me ha facilitado una comprensión de la humanidad.
Quizá es lo que quieren evitar: que tengamos conciencia, que nuestras aspiraciones sean modestas, que comprendamos.
Mil gracias, Flavia: lo pongo en circulación.
Carol Blenk:
Para empezar, no tienes que pedir perdón por la extensión de tu comentario, tan bienvenido aquí, al blog donde se reciben con interés las indignaciones.
Si seguimos así, con lasa normas del mercado para fundamentarlo todo, estamos perdidos.
Antonio:
El mundo, o gran parte de él, ya no tiene ningún reparo al mostrar su interés por lo material. Un desastre.
Nán:
Yo también soy filóloga. Y no sé cómo me ha servido en la vida, pero tuve derecho a elegir esos estudios. En fin.
Estudié Filología inglesa en la Universidad de Deusto. Eramos 2oo frente a los 20 de Filología Hispánica. Era el año 1989. A día de hoy Filología Hispánica ya no existe en mi facultad y en 2008 se han licenciado 20 personas en inglesa. Cuando me enteré no podía creérmelo. Tengo una alumna de filología francesa, de la UPV, en Vitoria. No superan las 1o personas en clase. la primera pregunta que me hago es ¿ cómo puede haber pasado esto? Supongo que desde hace años se ha venido creando la idea de que los estudios de humanidades "tienen poca salida" y/o "no sirven para mucho" y digo esto por las respuestas que me dan alumnos que están estudiando otras carreras. Yo siempre les digo que sirven para muchísimo, por ejemplo, y para empezar, para preservar los idiomas que ellos tan mal tratan, porque a mí, personalmente, me daría mucha verguenza escribir con tantas faltas de ortografía, ser incapaces de poder expresarse con corrección y no saber hacer una exposición oral. Sólo por eso, y para empezar, se deben mantener las filologías. Es labor de toda la sociedad darse cuenta de la importante de los idiomas como medios trasmisores de todo lo que nos rodea; lástima que haya tantas mentes que lo han olvidado.
un saludo
Ane:
Totalmente de acuerdo. Todo este asunto de la eliminación de las carreras de Humanidades es una aberración. Y así nos va, claro. La sociedad que se está construyendo es el resultado obtenido por el trabajo y el ahínco de personas que consideran que las Letras, las Humanidades, no sirven para nada. Sabemos cuál es el problema y sabemos también cuál es la solución, pero ¿cómo llevarla adelante?
Esto me hace pensar que cuando tuve que escoger que tipo de bachillerato querria hacer, los propios profesores del instituto hacian el comentario siguiente : "ciencias es el bachillerato mas prestigioso, mixtas no esta mal pero letras es para los mediocres..." Cualquiera se iba a estudiar letras...
Esto es la inquisición!!
La Universidad se ha convertido en una máquina expendedora de títulos. En mi opinión hay una inflación de títulos y un exceso de plazas. Antes de que me abucheéis, me explico: sobran universitarios, pero no porque la pasión por el conocimiento esté cada vez más extendida (si fuera así, yo aplaudiría y mantendría la boquita cerrada), sino porque la gente percibe que "hay que" ir a la universidad. El resultado es un montón de licenciados mediocres, sin interés ni vocación, que escriben con faltas de ortografía y se convertirán en parados o mileuristas, cuando tal vez habrían podido ser mucho más felices como pasteleros. En este sentido sí me parece necesario que la universidad ajuste más sus plazas a las del mundo real, que sustituya titulitis por conocimiento y que dé prioridad a los estudiantes con vocación y talento académico, por delante de los que estudian para no tener que irse de casa.
Dicho esto: siempre, siempre, SIEMPRE debe quedar un lugar para las filologías y para las humanidades. Si no necesitamos 5.000 filólogos al año dejémoslos en 1.000, pero deben seguir existiendo. Necesitamos gente que haga perdurar el amor al lenguaje, no podemos permitirnos perderlos. Alguien debería explicar a los responsables del Plan Bolonia que no todas las necesidades reales las mide el mercado.
(Hola, Carol Blenk, qué casualidad verte por aquí... aunque pensándolo bien, no podía ser de otro modo. Os advierto, por si no lo sabéis, que además de filóloga es una estupenda escritora.)
Con la implantación del Proceso de Bolonia el fin de las Humanidades se acelerará aún mucho más. De todas formas los procesos y las actitudes suelen ser cíclicos. Imagino que la Universidad estilo Americano exclusivamente como lugar de formación de ejecutivos triunfadores dejará otra vez paso a la vieja Universidad Europea con sus clases magistrales, menos dirigida hacia la dirección de empresas y más hacia las humanidades.
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