Ayer tuvo lugar en la librería Pròleg la presentación de "L'illa de l'ultima veritat". (Por cierto, curiosidades de la vida, aquí os dejo un par de imágenes que creó el artista F.M.G para la portada, cuando la novela todavía se titulaba -de forma provisional- "La promesa". Me encantan).
La presentación fue muy entrañable, emocionante y conmovedora. De nuevo estuvimos todos y todas. De nuevo nos juntamos a celebrar la literatura y, claro, nuestra complicidad, nuestra cercanía, nuestra mirada sobre el mundo, esa que nos une y nos hace sentirnos próximos y, a menudo, no tan solos.
Cada vez que organizo la presentación de un libro temo que, por primera vez, no venga nadie. Que no se acuerden, que no les vaya bien, que prefieran hacer cualquier otra cosa, que hayan dejado de apreciarme, que les dé pereza, que piensen que me va a dar lo mismo que ellos no estén... y cada vez me llevo esa sorpresa del corazón, esa caricia para el alma de ver que las sillas no bastan, que hay quien se queda de pie o se sienta en el suelo o en unas escaleras. Y de nuevo esa sensación de estar rodeada y de rodear con mi agradecimiento a quienes vienen me reconcilia con el esfuerzo, con la soledad de la escritura, con el miedo y los obstáculos, con la fiebre y la paciencia, con el desasosiego y la incertidumbre. De nuevo pienso que vale la pena, que sigue valiendo la pena, que por mucho que seamos náufragos de nuestra pequeña isla personal, siempre podemos tener la esperanza de que, al tirar la botella con nuestro mensaje de auxilio, alguien la encuentre y acuda a socorrernos.
Gracias a todos y a todas los que estuvisteis ayer allí. Gracias también a quienes lo intentasteis. Seguimos. ¡Prometo tardar un poco antes de la próxima cita!
(¿Que debo de haber hecho yo bien para merecer esto, para merecer tanto?)
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Os dejo aquí unos textos escritos acerca de "L'illa de l'última veritat"... y mi agradecimiento a quienes los han escrito.
EL BLOG DE CAROL
FRAGMENTO DEL ARTÍCULO DE ROSA MARÍA PIÑOL, EN LA VANGUARDIA