miércoles, 5 de mayo de 2010

TRADUCIR-SE

La imagen la he bajado de aquí.

Justo en estos días en que me estoy traduciendo a mí misma, después de terminar la traducción de la novela de Vicenç Pagès Los jugadores de whist (que aparecerá en octubre en editorial JP), justo en estos días, digo, decía, me he asociado a ACETT, la Asociación Colegial de Traductores y estoy encantada de haberlo hecho. (Curiosidades de la vida: hasta ahora no me había asociado porque pensaba que estaba asociada. Risas.)

Me estoy traduciendo, pues, a mí misma. De L'illa de l'última veritat estoy pasando a La isla de la última verdad, que aparecerá el próximo enero en la editorial Lumen, de mano de la editora Silvia Querini con quien, por cierto, mantuve el otro día una de esas reuniones con las que soñamos los escritores/as, en donde el editor se preocupa por el texto, lo comenta, lo apostilla, lo mima, le busca las vueltas, lo aprecia y se muestra feliz de que haya caído en sus manos. Eureka.

Total, que la tentación de cambiarse una misma palabras, giros, expresiones es sin, duda, inaguantable, así que una permite que la tentación la venza. Pero... por ejemplo... ¿y si me da por cambiar el título?

Abro turno de opiniones:

¿Qué os parecería que en castellano se titulara "HASTA QUE SE ACABE EL AIRE?"

Bueno, nada, de todos modos me fascina traducir (prefiero "hacérselo" a otros que a mí, pero incluso a mí misma me gusta "hacérmelo"; perdón por las expresiones), casi tanto como escribir o leer (traducir es la más comprometida e intensa manera de leer, en realidad).

22 comentarios:

Bárbara dijo...

Sí que debe de ser inaguantable esa tentación... yo, hasta cuando leo instancias oficiales, me dan ganas de dejarles mi propia traducción sobre el mostrador.
Lo del cambiazo en el título me parece genial. El título es como un organismo autónomo, con su sonoridad y su imagen propias; y no sé por qué L´illa de la última veritat me suena muy bien y La isla de la última verdad no tanto.
Voto por Hasta que se acaba el aire, si no hay ley que lo impida.
P.D. me alegro de que te traducas, así podré disfrutarte.

Paola Vaggio dijo...

Y si cayeras en la tentación y cambiaras alguna frase, ¿podrías hacerlo? Y si te diera por variar el final o por añadir algún giro? Sería otra novela, no? pero podría ser un experimento curioso. ¿Te dejarían? Tengo una preguntilla, dices que te gusta traducir y traducirte, pero ¿te gusta que te traduzcan? A mí me gusta el título La isla de la última verdad.

Carol Blenk dijo...

A mí, sinceramente, la labor de los traductores me parece alucinante. Creo que deberíamos apreciar más la tarea realizada por tanta gente -una más anónima que otra- que nos permite acercarnos a autores de los que desconocemos su idioma.

En cuanto a lo del título... uf, lo siento mucho pero prefiero mil veces más "La isla de la última verdad". ¿Para qué cambiar algo que ya está bien? No sé, a mí me gusta que aparezcan esas tres palabras clave: isla, última y verdad.

Lo que sí supongo que cambiará es la portada (en voz baja: la de Proa no me gusta demasiado, jaja)

Traducirse a uno mismo debe ser más fácil que traducir a otros, ¿verdad? Más que nada porque conoces todos los matices, las palabras, etc. En todo caso, no deja de ser curioso.

La editora de Lumen tiene pinta de ser una gran tipa, seguro que "pasa por alto" los cambios que hagas :)

PD: Las expresiones de tu último párrafo no tienen desperdicio, jajaja.

Araceli Esteves dijo...

Yo estoy con Bárbara, "L´illa de l´ultima veritat" suena mucho mejor que "La isla de la última verdad".Pero "Hasta que se acabe el aire" , que como título me gusta, me produce cierta sensación de ahogo.
Bueno, me parece que no he sido de mucha ayuda. Besos

´´ dijo...

Yo prefiero el titulo original, es un titulo que permite las dos lecturas de la novela , la más de aventuras por un lado y la otra más interior , en el titulo :"Hasta que se acabe el aire" pierdes un poco el lado inocente de novela de aventuras y vas directa a la lucha interna.

Los traductores son muy importantes, una vez me compre un libro de Woody Allen y alguien ( el traductor) habia cambiado el nombre de un Estadio que salia en un cuento por "Camp Nou" , se cargo el cuento.

Flavia Company dijo...

Bárbara:
Eso es, inaguantable, como con las instancias pero con la sensación de que, además, tratándose de ti misma, tienes derecho. Gracias por opinar sobre el título. Sumamos y seguimos.

Paola:
Me gusta que me traduzcan sobre todo cuando entiendo -más o menos- la lengua a que me traducen. Al polaco o al neerlandés, por ejemplo, me daba angustia, porque solo entiendo mi nombre, jajajajaja.

Carol:
La portada cambia seguro.
Labor de traductores: ardua y mal pagada.
Título: creo que todas estas opiniones vienen muy bien.

Araceli:
Un amigo mío dice que "Hasta que se acaba el aire" le suena a neumático que se deshincha...

Francis:
Muy interesante tu punto de vista, sin duda. Da que pensar. Pensemos.

NáN dijo...

No opino sobre el título sin haber leído el libro... que ya es demasiado tarde.

Traducirte a ti misma debe ser una relación de amor-odio con el texto. La tentación de ver algo que de pronto te parece que está mejor de otra manera.

¡Eso es traición! Y lo digo por Paola. Si cayeras en esa tentación, tendrías que no hacerte caso.

Uno puede decidir si algo lo traduce o no. Pero si dice que sí, la fidelidad al autor debe ser e4xtrema, dentro de los límites de la propia capacidad. Hace treinta y pico años, dirigía un grupo de una editorial. Decidí no volver a tener ese trabajo en la vida. Editamos un texto sobre la Revolución Francesa. Uno de los revisores me dio el queo: a veces, la versión española decía cosas contrarias al original. La traducción era buena, no era un problema de impericia, sino de "malversación" voluntaria del original.

Llamé al traductor y al enseñarle las pruebas del delito, ni se inmutó: "Soy jesuita y no estoy de acuerdo con el papel que otorga el autor a la Iglesia". Paca Garse.

Flavia Company dijo...

Nán:
Totalmente de acuerdo con la fidelidad, pero eso cambia si una se traduce a sí misma o si pacta con el autor/a del texto. Por ejemplo, en Los jugadores de whist, Vicenç Pagès y yo hemos pactado algunos cambios.. necesarios desde la traducción. Eso mismo ocurre si una se traduce a sí misma, solo que los cambios no hay que pactarlos... solo son el resultado del deseo... la necesidad... De todos modos, nunca se trata de cambios sustanciales. Cuando una ha dado por acabada una obra, la obra está acabada. Eso es así. Creo.

Anónimo dijo...

Hasta que se acabe el aire, me resulta difícil de pronunciar. La isla de la última verdad suena mejor. Y además, ¿ cuál es la última verdad? Te invita a entrar en el libro.

Flavia Company dijo...

Martina:
La cuestión se decanta claramente hacia el título original... Agradezco mucho que me comentéis vuestras impresiones al respecto. Un abrazo.

NáN dijo...

Totalmente de acuerdo contigo: pero eso se hace por el principio de fidelidad. Hay modos de expresión cuya traducción literal, ya que en la lengua vertida ese modo no existe o desvirtúa el significado, que deben ser expresados de otro modo (y siempre con el máximo respeto al autor). Cambiar para que siga igual. (Se me ocurre que para hacer esto bien, un traductor debería seguir un curso práctico de tres años en Política, je, jé).

Flavia Company dijo...

Nán:
Pues eso, que estamos de acuerdo. De todos modos cuando me traduzco a mí misma, el respeto a "la autora"... lo relativizo, jajajaja.

Marta dijo...

Veo que no hay polémica, aún así quería comentarte que a mí también me gusta más “L’illa de l’última veritat” que “Hasta que se acabe el aire”. Aunque es cierto que al igual que Bárbara y Araceli prefiero como suena el título en catalán a como lo hace en castellano. De todas maneras no sé, quizás sólo sea porque es la primera versión y la que hemos leído…

Flavia Company dijo...

Marta:
Pues parece que nos inclinamos por el título original, ¿no? Por votación popular, pues, será el que quede, jajajaja. ;)

Ripley dijo...

Yo mantendría el título traducido del catalán al castellano pero invirtiendo " última " y " verdad" de forma que en vez de ser " La isla de la última verdad" fuera " La isla de la verdad última". es algo así como que siempre hay algo que es lo último que nos ha pasado pero, con toda probabilidad nos sucederán más cosas y por eso " la verdad última" implica que además de esa última hay otras que pueden habernos, además, conducido a esa " última verdad" . No sé si me he explicado bien, pero dado que el castellano (no sé si se puede en catalán) nos permite el cambio, yo lo traduciría como " La isla de la verdad última", que engloba tanto a la última verdad como a las demás verdades de la vida. un saludo

Flavia Company dijo...

Ripley:
Me gusdta tu explicación, es buena idea, pero no me agrada el sonido, resulta (o me resulta) difícil de decir. De momento, pues, se queda tal cual, pero en castellano.

annaiprou dijo...

La veritat és que m'ha agradat llegir que et plantejes un canvi de títol, pq és l'únic que no m'acabava de convèncer del llibre. "Hasta que se acabe el aire" m'arriba molt més, em posa a l'alerta, m'empeny a agafar el llibre de la prestatgeria i devorar-lo abans de quedar-me sense alè... El títol original no em cridaria gens l'atenció a no ser que sabés (com sabia) que l'havies escrit tu.

Flavia Company dijo...

annaiprou:
Benvinguda la teva opinió, moltes gràcies. La veritat és que la cosa es posa difícil, perquè hi ha més aviat tendència a respectar el títol original... els comentaris són sobretot en aquest sentit... aix! A veure què en diu l'editora. No m'havia passat mai de la vida, una cosa així amb un títol. És ben curiós. És com tenir un fill, no saber com posar-li i, després de donar-li un nom, portar-lo a un altre país i canviar-li... en fi...

annaiprou dijo...

vist així, a un fill no li canviaria mai el nom! però... i un petit retoc? Vaig adoptar una gossa que es deia Canela, i al fer-la meva li vaig dir "nel.la" i ella respòn com si res. Ara les dues estem contentes... I... "la última verdad"...? És que amb la "isla" em sona a novel.la juvenil d'aventures, i el teu llibre, és molt més que això! A veure que diu l'editora...

Mireia dijo...

Doble bona notícia!! Tinc una amiga a qui no puc regalar-li llibres en català (és de fora de Catalunya), així que tant el teu (que ja tinc en català però que m'espera a la pila de lectures pendents) com el d'en Pagès Jordà poden ser "futuribles" regals per ella.
Si et ve de gust ja passaràs pel racó de la Solsida.
Petons

Flavia Company dijo...

annaiprou:
Aixxxxx! No ho sé... estic ben desconcertada. Però ho trobarem, sigui com sigui! Això de la teva gossa... està molt bé, si "us enteneu", hahahaha!

Mireia:
Genial, Mireia. Per això és important que es tradueixin... és clar! Fins aviat!

Isabel dijo...

Aunque llego tarde no puedo reprimirme y opino.
Siempre he admirado el oficio del traductor, he escrito sobre ello y he agradecido la fidelidad al texto y al espíritu del texto.

Sobre el primitivo título de tu libro, además de que me parece hermoso, también atrae porque parece esconder un secreto, sin embargo, el otro hace alusión a la muerte.

Yo no he leído tu libro, espero que lo traduzcas, pero me encanta titular, es lo primero que hago al iniciar un cuento.

Te deseo mucha suerte en tu viaje.

Aquñi dejo mis artículos más recientes aparecidos en La Vanguardia. Espero que los disfruten. :-)