domingo, 5 de febrero de 2012

MICRORRELATOS EN L'ESCOLA D'ESCRIPTURA DE L'ATENEU


Hace unas semanas comenzamos las clases de microrrelatos en l'Escola d'Escritptura de l'Ateneu Barcelonès. Tenemos dos grupos; los lunes y los jueves. Como ya comenté hace unos días, a los participantes de este trimestre les voy pidiendo micros y permiso para publicar algunos de los que van surgiendo en clase. Hoy publico dos más. Gracias a las alumnas por compartirlos con nosotros. Que los disfrutéis.





Curioso Don

Todo empezó un día cualquiera. Anita caminaba contenta por la calle, rumbo al parque, cuando se cruzó con un hombre gris y triste. A Anita le encantaban los colores vivos y alegres, por eso le llamó la atención esa extraña y sombría figura. Miró a esos fríos ojos y  sin querer de sus labios brotaron tres palabras: “Buenos días, señor”. El hombre dejó sus pensamientos a un lado y volvió a la realidad. Su boca se abrió como una grieta en una pared, lentamente con dificultad, y sonrío. “Buenos días” dijo el hombre. Anita siguió su camino hacia al parque y cuando se giró para observarlo, pudo ver un hombre nuevo, de tímidos colores.
Elena Llompart





EL OLVIDO NO EXISTE

Cuando se despertó del coma le dijeron que su madre había muerto en el accidente. El adolescente lloraba inconsolable expresando su rabia a las sábanas y a los tubos: “No es justo, tenía que matarla yo, juré que lo haría cuando fuese mayor”. No conoció a su padre, y su madre le odió antes de que naciese. Le salió un crío dulce y dócil y quería bestializarlo como ella a golpes y humillaciones. “Dele un buen escarmiento a ese holgazán, señor maestro; palos, palos; es lo único que entiende” y lo llevaba a rastras o a empujones por todo el pueblo. Crecía con la cabeza gacha y las orejas rojas. Cuando lo puso de aprendiz, aún le hacía ir con pantalón corto y al patrón le dijo “yo vendré a por el jornal, que ese rapaz le robaría hasta a su propia madre”. Al chico le iba naciendo un odio sordo, un rencor feroz; de mayor la bruja se iba a enterar.
Al salir del hospital encontró trabajos aquí y allá y no volvió al pueblo en cinco años. Ya era un hombre cuando regresó a por papeles para vender la casa. Le extrañó que no estuviera cerrada con llave, y allí estaba su madre, de pie junto a los fogones, con su cara de arpía y los brazos en jarra. Abrió la boca con sonrisa burlona pero el hijo no la dejó hablar. Sintió el odio revolverse en sus entrañas, agarró un mazo de madera que pendía de un clavo en la pared, y la golpeó una y otra vez hasta matarla. Tiró el mazo ensangrentado al suelo y salió a cielo abierto lanzando un grito liberador.
Recordó los papeles y regresó a recogerlos. No hubo de esquivar el cadáver, y el mazo colgaba limpio en la pared, pero él no se fijó en esos detalles. En el cajón, junto a la escritura de propiedad de la pocilga, relucían incontables monedas de oro. Me iré al Brasil, decidía el inocente parricida mientras se encaminaba al aeropuerto satisfecho de la venganza por fin cumplida.
Josefina Armengou




Mi semana 

Lunes
El fonendoscopio, sobre la mesa. Aún con su bata de médico. Salva vidas cada día en el hospital donde trabaja. O al menos, lo intenta.
Martes
Los lienzos se amontonan por toda la habitación. Un talentoso pintor, seguro que expone en las mejores galerías del país. Y del extranjero. Sí, también del extranjero.
Miércoles
Planos y más planos, esparcidos por todo el habitáculo. Un exitoso arquitecto, que diseña los rascacielos más audaces. En Nueva York. Bueno, donde sea.
Jueves
La guitarra en un rincón. Parece una gran estrella del rock. O del pop. Sí, mejor del pop. Seguro que las chicas están locas por él. Eso dicen.
Viernes
Con mi traje gris, como cada día, después de salir de una aburrida oficina, de un absurdo trabajo sin sentido. El lunes, volveré a ser otro.
Xavier Peralta







Girall

Veus com s’agita el gall damunt la torre al pas de tots els vents? De dia els raigs del sol, de nit la lluna miren, indiferents, aquesta tensa i solitària guàrdia. No saben que es deleix per allunyar-se i creuar l’espai fins platges sense nom, poder seguir els esbarts de fugisseres ales; a cada ventada se n’hi van els ulls. Es pregunta què hi ha darrere l’horitzó que delimita el camp migrat de la visió propera, com deuen ser les terres que es desperten quan el sol va a la posta davant seu i com es deuen veure a l’altra banda els rajos virolats que porten la foscor.  ¿On neix –voldria imaginar-se–, la suavitat rosada de l’aurora que li anuncia nous descobriments, promeses d’emocions  i d’aventures fora del seu abast, somnis llunyans, visions, miratges del voler?  Els vents s’han conjurat per ofuscar-lo. S’alternen a fer-li girar els ulls a mons possibles, no en té un d’abastat  quan ja n’obira un altre, i un altre més i el cap li dóna voltes.  Quants camins per recórrer que no el porten enlloc, quanta il·lusió fallida i, a la fi, quanta amargor!
Tu ets com aquest gall clavat amb llança, frisós per alçar el vol, vigia de l’espai a dalt la torre, que gira a tots els vents, i mai no es mou.


Maria Teresa Saladrigas


                       
ME CAGO EN TUS MUERTOS

Visitar, para Pau, el lugar donde reposaban los restos mortales de sus padres no significaba ninguna alteración. Le gustaba observar los grandes mausoleos, aquellas sepulturas ilustres,  escultura con historia.

Observó, con sorpresa, unas tumbas  y nichos adornados de una forma diferente y en las que en algunos casos se ponía el nombre del finado con flores, todo muy recargado de un solo color. El sepulcro de los suyos estaba en el ala que da al mar, con vistas al Mediterráneo y a los pies de un hermoso ciprés. Le gustaba adecentar la sepultura, poner una rosa a su madre y una piedra a su padre. Disfrutaba haciendo monólogo contándoles sus cuitas y los regresos solía hacerlos observando el entorno.

Aquella mañana cambió de ruta en su paseo hacia el aparcamiento y encontró un sepulcro doble con sendos monumentos florales simulando dos figuras humanas, una con claveles rojo pasión y otra con campanillas azules. Se acercó con curiosidad y tuvo la mala idea de coger dos flores cuando como salido de ultratumba escuchó “¡Eh, paya!"
Maria de la Rosa

4 comentarios:

www.susurrosdelmediterraneo.es dijo...

Muchas gracias profesora. Me preguntaban ¿porque repites un curso? y sin dudar conteste: Porque todavía me queda la corrección, el aprendizaje y las sugerencias de mi PROFE.
Para muchos "eres una pelota" para quien va a una clase contigo sabe que no exagero. Gracias por enseñarme tanto como profesora y como persona.
Tu "mama"-alumna.

Flavia Company dijo...

Susurros del mediterráneo:
"La profe" es buena cuando sus alumnos le dan motivos, ocasión y estímulos. Gracias a ti. Tenerte en el grupo es un lujo y una suerte.

I. Robledo dijo...

Mi felicitacion por esta bella iniciativa de publicar los relatos...

Saludos

Flavia Company dijo...

ANTIQVA:
Sí, estoy contenta. Muchas gracias. Compartir es un modo fantástico de vivir.

Aquñi dejo mis artículos más recientes aparecidos en La Vanguardia. Espero que los disfruten. :-)