miércoles, 17 de diciembre de 2008

DE COMPRAS Y A LO LOCO


Llegan estos tiempos. Otra vez. Estos tiempos en los que la mayoría de la gente compra por comprar. Es más: se exprime los sesos pensando qué le podría comprar a éste y qué podría comprarle a aquél. Porque, como es natural, en esta parte del mundo, casi todos tenemos de todo y nada nos hace falta. Y como escribió Antonio hace unos días en uno de sus comentarios: Quien tiene más de lo que necesita es un ladrón.

Todos ladrones, pues. Pero la pregunta es: ¿Vamos a seguir robando? O sea: ¿Vamos a seguir agenciándonos lo que no necesitamos?

Creo que ya recomendé su lectura, pero vuelvo a hacerlo. Una de las mejores vacunas contra el consumismo es darle de comer a la conciencia algo con sustancia. Ved, si no, cómo os quedáis después de leer el ensayo de Adela Cortina titulado "Por una ética del consumo". Os dejo a continuación un artículo que publiqué el año pasado en El Periódico y que se refiere a ese libro. Para que vayáis haciendo boca.


DIME LO QUE CONSUMES Y TE DIRÉ QUIÉN ERES

Para muestra, un botón: “El coste para proporcionar salud básica y nutrición a todos los habitantes del mundo que no pueden acceder a ellas en la actualidad es de trece mil millones de dólares anuales, mientras que el gasto anual en comida para animales domésticos en Estados Unidos es de diecisiete mil millones de dólares”, constata la obra de Adela Cortina citada más abajo.
Superada la resaca de los excesos de las compras navideñas, inmersos todavía en la vorágine de las rebajas y enfrentados al fin a la famosa cuesta de enero, tal vez sería éste un buen momento para reflexionar sobre ciertos hábitos de consumo y cuestionarlos, ya que estamos a principios de año y, como anuncia esperanzado el dicho, “año nuevo, vida nueva”.
¿Por qué consumimos tanto? ¿Por qué el mundo rico se empeña en ir de compras como si se tratara de una actividad lúdica y no en ir a comprar cuando así sea menester a causa de necesidades concretas –hambre, frío, enfermedad, entre otras- que deben solventarse? ¿Acaso resulta gratificante la adquisición de objetos que el mercado ofrece aun cuando éstos no nos hagan falta? ¿Nos hace felices comprar? ¿Somos libres cuando lo hacemos? ¿Elegimos o nos manipulan? ¿Puede nuestra conciencia estar tranquila cuando conoce el hecho de que mientras medio mundo consume más de lo que necesita el otro medio necesita mucho más de lo que consume?
En “Por una ética del consumo”, magnífico ensayo de Cortina publicado recientemente por Taurus, se ofrecen numerosas respuestas a estos temas. Leemos que una de las grandes responsables de nuestra conducta consumista es la necesidad de una identidad, individual y social, que el mercado ha sabido aprovechar.
Podríamos entonces formular el antiguo refrán “Dime con quién andas y te diré quién eres” de la siguiente manera: “Dime qué consumes y te diré quién eres”. La pertenencia a un grupo social exige, es verdad, la posesión de ciertos objetos o ventajas que, al mismo tiempo, implican conductas o hábitos. Se consume para parecerse a alguien, para superar a alguien, para demostrar el éxito, para pertenecer a una comunidad. Para ser alguien, en suma. ¿Tanto tienes tanto vales?
Consumir es inevitable, naturalmente. Es necesario para sobrevivir: precisamos alimentos, ropas, abrigo, lugar donde vivir, medio de transporte, etc. El meollo de la cuestión es precisamente lo que de veras necesitamos. ¿Dónde está el límite? ¿A qué correspondería un consumo ético, un consumo moralmente aceptable? ¿Qué es lo auténticamente necesario? No puede limitarse a lo estrictamente físico, claro está. Los seres humanos somos seres sociales que establecemos relaciones con los demás mediante el intercambio, el reconocimiento, la diversión, la cultura, la comunicación.
No son pocas las personas que han advertido de la necesidad de frenar el consumo descontrolado para preservar el planeta de la destrucción total y absoluta. El desarrollo sostenible –lo que la Tierra puede aguantar- pasa por cambiar nuestro estilo de vida y adoptar costumbres que respeten el medio ambiente, su equilibrio y la distribución justa de sus riquezas entre todos aquellos que la habitan y a quienes sin duda pertenecen por igual, incluidas las formas de vida no humanas. Tal vez deberíamos plantearnos que, para poder seguir viviendo bien, habría que vivir ya de un modo distinto, tendríamos que cuestionar nuestras necesidades y basar quizás parte de nuestra identidad, de nuestro éxito, en bienes que no se pueden comprar.
Lo que está claro es que hay que replantearse el asunto. No podemos seguir al ritmo al que vamos, que necesariamente provoca desigualdades insostenibles. Año nuevo, vida nueva: Que nos guíen la prudencia, la justicia y la sensatez.

17 comentarios:

Miss Totem dijo...

MISS TOTEM
Durante el puente de la Purísima (que a mi entender debería llamarse puente de la non crisisima ...) fui con unas amigas a Estrasburgo, punto neurálgico de Europa. Aviones a tope, hoteles completos, restaurantes con cola de gente esperando bajo la lluvia, bolsas de compra que parecían la indumentaria de la gente que se paseaba por las calles repletas de decoraciones navideñas.
El “Marché de Noel de Strasbourg”, uno de los mercados de navidad más populares no parecía saber lo que era la palabra “crisis” en ninguna de las lenguas europeas que se podía oír allá !
Antes de ir, claro está, todo el mundo me pedio que les trajera un regalito. Yo tenía claro que no quería gastar mucho. Y que será mucho? cual es el limite como dice Flavia en su articulo ?
Pues bien, gasté, gasté mucho, y más todadía, superé lo que me había planteado, compré por comprar, porque mis amigas compraban, porque todo el mundo compraba, porque yo también quise comprarme la gorra fricky de papa noel con las trenzitas blancas y las lucecitas y porque sin la indumentaria de la bolsas de compra, tenia la sensación de ir desnuda.
Desnuda o ser menos. Desnuda o ser tacaña. Desnuda o miedo a tener que justificarme.
De vuelta a casa pasé delante de una tienda del Todo a 100 y me fije que había prácticamente las mismas figuritas que en Estrasburgo pero a mitad de precio. Hasta el puñertero gorro de papa Noel !Hice el primo en Estrasburgo.
Eso si, valía la pena ir solo para darme cuenta que muchas figuritas, muchos gorritos, pero ni un solo Caganer !
El año que viene me monto una paradita de Caganers en el “Marché de Noel”. Seguro que me foro!!!

Anónimo dijo...

Nán y Flavia,
Muchas gracias. Os he contestado en TOTALITARISMOS Y LITERATURA.

Anónimo dijo...

Ay, Flavia, yo no soy de ir mucho de tiendas, pero en estos días compro de todo y cometo el error de regalar a los otros lo que me gusta a mí.
¡Qué bien me queda el título de tu entrada! "De compras y a lo loco".
No debería frivolizar después de leer tu artículo, pero...
Ya me gustaría ser más sensata, pero estas fiestas me pueden y además me encanta regalar.
En cambio, en las rebajas nunca he sabido comprar. Me aturden.

Miss Totem, esta tarde me voy "a un chino" a comprar ese gorro.
:)

Y ya que estoy aquí,
¡Felices Fiestas!

´´ dijo...

Mi teoria es que el hombre , como ser , esta pensado para sobrevivir como todos los animales , pero una vez ya la supervivencia es un hecho, no sabe que hacer ,no sabemos "vivir" solo sobrevivir y el consumo es producto de este "no saber vivir". Durante miles de años sobrevivir ocupo toda la vida y ahora hay una parte de la población a la que ya no y hay que pensarse de nuevo , esta claro que "el consumo" que es la punta del iceberg del "Entretenimiento" como forma de vida no es la solución .

Miss Totem dijo...

Francis : "Durante miles de años sobrevivir ocupo toda la vida. " Quanta razon tienes !!! Vivir ya està dado por hecho, entonces ara vamos a por otra cosa.Y lo fuerte es que no sabemos vivir bien.....
Pero va, buenas caras que se acercan las fiestas !

Flavia Company dijo...

Miss Totem:
Se impone una foto tuya con esa gorra de papá noel con trencitas blancas. Nos la debes, jajajajaja. O mejor dicho en este caso, jo jo jo!

Winsta:
Si te compras esa gorra, te digo lo mismo que a Miss Totem: nos debes la foto.

Francis:
Exacto. El problema es que, en lugar de cultivarnos, cuando tenemos tiempo libre nos aturdimos para no pensar.

SEA COMO FUERE: FELICES FIESTAS (CONSUMISTAS) A TODOS Y A TODAS.

Miss Totem dijo...

Prometido me hago la foto con el gorro pero ....donde la mando ? a tu blog ?
Lo que hay que hacer para que se fijen en mi !
Por cierto Winsta, cuando aconsigas el tuyo de gorrito te toca hacerte tambien la foto ! Por lo menos que seamos dos en hacer el ridiculo por aqui !
Saludos !

Flavia Company dijo...

Miss Totem:
Mándamela a mi dirección y yo la cuelgo. Qué estupendo regalo de Navidad!!!!

Anónimo dijo...

Yo no me pondré sombrerito, pero os puedo cantar con la pandereta al estilo tuna, jajajaja

Joana dijo...

Discrepo, lo siento. Se trata de sobrevivir, ahora también. Sólo ha cambiado la calidad de lo que acecha nuestra supervivencia, de acuerdo con nuestra supuesta inteligencia evolucionada.

El peligro de ahora es mucho más intangible y sutil. No se trata ya de supervivencia física, sino intelectual. Como dice Flavia, de "no pensar".

¿Algún superviviente? ¿Algún salvavidas? pensemos!

Flavia Company dijo...

Botavara:
¡Sombrerito, sombrerito, sombrerito!

Joana:
Bien visto, sí señora.

NáN dijo...

Ya lo leí, Antonio, me gusta repsar los posts anteriores. Gracias a ti.

Flavia, el año pasado pusiste un post sobre lo mismo que me hizo decidir (y comunicar a todos mis familiares) que ni iba a hacer regalos ni los iba a aceptar. Después de una bronca colectiva brutal (que más o menos podría resumirse en "ya está el tonto de siempr meando fuera del tiesto") reculé y dije que "vale, pero solo regalo libros y solo acepto libros". Me contestaron: "O sea, igual que desde hace veinte años".

Así que hice el tonto dos veces, pero sin embargo te di mentalmente las gracias, porque pude tomar conciencia de lo que estaba haciendo.

El consumo es una brutalidad, pero la paradoja es que el sistema se ha montado sobre él, así que si el 30% de la humanidad que no nos hemos ido todavía a la mierda dejamos de consumir, nos uniremos al 70% de nuestros hermanos.

Circula por ahí que en una reunión de publicistas de los años 60, Madison Avenue, por supuesto, un asistente definió ante unos clientes en qué consistía su trabajo:

"Podríamos venderos lo que necesitáis, pero preferimos que necesitéis lo que vendemos".

Miss Totem dijo...

Nán :
Buenisima la frase de los publicistas. Y te puedo decir por experiencia que es completamento cierto. Lo practico a diario en mi trabajo. Business is Business !

Flavia Company dijo...

Nán:
Sí, ya me parecía que el año pasado había comentado el mismo asunto. Soy mujer de ideas fijas, excepto si las descubro equivocadas, jajajaja.
Es verdad que el sistema está montado de tal manera que el consumo es necesario para que una parte de la población siga siendo rica. Por eso hay que acabar con el consumismo, porque hay que distribuir la riqueza. Y el cambio grande empieza por los cambios pequeños. Es un deber moral. Un cataclismo necesario para que las cosas cambien de verdad.
Pero no es fácil nadar contra corriente, como es bien sabido por todos los rebeldes que os pasáis por aquí.

Anónimo dijo...

Ayer anduve de librerías. Ya se sabe: Catalònia, Laie, Casa del Libro. Compré bastantes, todos para regalar. Yo sólo sé regalar libros. Pero quería regalarme uno a mí mismo y fui incapaz de hacerlo. No sé ni el título, ni el nombre de quién figura como autor, ni de qué trata, ni cómo es, ni si es una novela o es un ensayo, ni si está escrito en prosa o lo está en verso. Es decir, un desastre total fue lo que experimenté. ¿Alguien podría ayudarme? ¿O es que me he vuelto loco?

Aprovechando la circunstancia y, a pesar de mi desgracia, os deseo a todas y a todos UNAS FELICES FIESTAS, LLENAS DE SUERTE Y PROSPERIDAD. De verdad.

Flavia Company dijo...

Antonio:
No es fácil elegir un libro para ti, con esa cultura tuya tan monumental y tu sensibilidad y buen gusto, pero ya que pides opinión, y consciente de que por supuesto no te has vuelto loco, yo te propongo "Montaigne", de Stefan Zweig. Una breve joya que, creo, si no lo conoces ya, te gustaría mucho.

Anónimo dijo...

Flavia,
Muchas gracias por tu consejo. Conocía al austríaco Stefan Zweig, pero no "Montaigne" en concreto. Menudo libro (en sentido literal) debe ser, si es inconcluso, y previo al suicidio. Y ¿por qué tanta gente buena tiene que acabar suicidándose? Me lo compraré y lo leeré, esperando que más adelante me aconsejes otro también muy bueno, pero que esté acabado.

En cuanto a tus elogios, bueno, ¿qué quieres que te diga? Lo más noble y grande que hay en mí es tu amistad y los mejores textos que he leído en estos últimos años son los tuyos. Me encanta tu forma de escribir. Tú no escribes como los demás. Tú escribes con estilo propio y, por supusto, mejor. No es un halago. Es una realidad.

Aquñi dejo mis artículos más recientes aparecidos en La Vanguardia. Espero que los disfruten. :-)