martes, 18 de octubre de 2011

LIVRARIA CULTURA



En Brasil, la Livraria Cultura me invitó a grabar este video para promocionar en su página la edición brasileña de "Con la soga al cuello", es decir, "Com a corda no pescoço".
Para que se vea que en Brasil no solo bebí caipirinhas... :-)

12 comentarios:

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Querida Flavia,

Acabo de visionar el vídeo (Valga la redundancia) y tengo que decirte que estás guapísima, elegante, lozana, inteligente, equilibrada, optimista, es decir, como siempre. Sigo puntualmente tus actividades desde éste, tu espacio, y me doy cuenta de que tienes una vida muy activa, lo cual me alegra mucho. Las imágenes de Brasil son muy bonitas. Se te ve como una mujer totalmente realizada. Eres de esas personas por las que no pasan los años en el sentido físico, aunque sí en el intelectual, porque cada día estás más joven y guapa, y al mismo tiempo te muestras más segura de ti misma y más llena de los mejores pensamientos y sentimientos.

Te envío un gran abrazo y un beso.

Antonio

Flavia Company dijo...

Antonio:
Muchas gracias, amigo mío. Echaba de menos tu presencia por aquí. Un abrazo grande, como siempre con todo cariño.

Botavara dijo...

Además de lo guapa, inteligente y todas esas cosas que dice Antonio, se te ve vergonzosa ¿Es eso posible??? jajaja.

Flavia Company dijo...

Botavara:
Gracias, :-) Pues claro que soy vergonzosa.

Paola Vaggio dijo...

Me han dado ganas de volver a leer Con la soga al cuello al recordar las historias. A mí también me ha gustado el vídeo, qué bronceada, jaja Aquí ya tenemos color de bombilla. ;)

NáN dijo...

Cada vez la gente escribe mejor; pero se enredan en la eficiencia. Han perdido el sentido y la emoción. Terminas el relato y dices, "a otra cosa".

Resulta que he encontrado algunas que conservan esas dos claves... ¡pero todas sois mujeres!

Cambié mi abogado de confianza por abogada, mi médico por médica.


Y ahora cambio mis autores contemporáneos (aunque leo poco contemporáneo) por autoras.

Empiezo a preocuparme. Y esto esa una experiencia de la vida, no un alegato feminista.

Flavia Company dijo...

Paola:
Pues hala, adelante... A ver si te gusta otra vez, jajajajaja.

Nán:
Ay ay ay... ¿será que podremos diferenciar, al menos de momento, una literatura de la otra? :-) Tantos años calladas, maniatadas, maltratadas, oprimidas, jodidas y apaleadas... pues igual va y da una mirada sobre el mundo que aporta algo diferente. :-)

NáN dijo...

Pienso en eso, sí. Es un rasgo fundamental.

También pienso en que, lo mismo que los pájaros, en los humanos somos los machos los que más nos pavoneamos y vestimos plumajes coloridos (en contra de lo que se piensa por el asunto de la moda); lo que hace que no pisemos con firmeza el suelo.

O sea, se une el sentido y la eficiencia.

(sigo sin hacer alegato feminista; describiendo realidades).

NáN dijo...

Ahora que nos hemos quedado tú y yo aquí hablando, en una conversación "atrasada", ¿acaso la literatura de la "verdad" no está basada siempre en el "dolor de ser" y en el dolor de "ser por debajo"? La salida que se da a eso puede ser gozosa y humorística, como en la línea de Cervantes, o testimonial, incómoda, surreal...

Además, la literatura requiere una capacidad cultural y lingüística de quien escribe. Algo que las mujeres habéis adquirido de modo general en un período histórico muy reciente.

Teniendo en cuenta estos dos rasgos (debe haber otro varios), no es de extrañar que la mujer, en su trabajo profesional, se "sienta obligada" a prestar una atención minuciosa; después de haber sufrido tanta desatención que lleva en la memoria genética y, todavía, histórica. Por eso me ¿sorprende? que solo cuando llego a una reumatóloga se le ocurra pensar que mis fracturas puedan deberse a una osteoporosis (infrecuente en los hombres), mientras que los traumatólogos se limitaban a "curar" la última herida manifiesta.

Por eso la verdad (lengua, verdad y emoción... y enfatizo "emoción" porque es prueba de "verdad") solo la encuentro ahora en autoras. Porque solo ellas, históricamente apaleadas en cuanto que mujeres (como tú escribiste muy bien) tienen una historia que contarnos.

(Mi último gran descubrimiento es Berta Vías Mahou, a la que probablemente conocerás, quien con sus novelas "El pozo de la nieve" y "Venían a buscarlo a él" ha conseguido remover en mí esas heridas que todos (hombres y mujeres), tenemos).

Pero leyendo, por seguirla a ella, la antología "Rusia imaginada", de Nevsky prospects, encuentro relatos fantásticamente escritos, como el de Jon Bilbao, pero que termino y me pongo a hacer un bacalao al ajo arriero mientras tarareo una canción de los años 60. Y de los diez autores, aparte de BVM, solo encuentro dos que "resuenan" en mí: el de una tal Pilar Adón y el de Marian Womack (aunque este último tiene una complejidad excesiva, un gusto por la prestidigitación, que a mí me resta puntos). Hay también relatos "bien escritos", de hombres y de mujeres; y algunos que son vomitivos por lo frívolos, de hombres y de mujeres.

¡¡Fíjate qué responsabilidad tienes, al partir de la verdad, la lengua y la emoción!!

Flavia Company dijo...

Nán:
Me gusta la forma en que argumentas tus sensaciones como lector de autoras, el modo en que te ha hecho pensar la coincidencia de que sean autoras las que por lo general consiguen interesarte o, mejor dicho, conmoverte o representarte.
Estoy convencida de que hablar desde el poder rebaja la posibilidad de "mirar" las cosas desde un punto de vista de verdad personal. Y más todavía teniendo en cuenta que el poder, en esta sociedad actual nuestra, tiene que ver sobre todo con la cuestión económica y, de rebote, con la capacidad de consumir.
Da para mucho el tema, sobre todo cuando además se constata de qué modo autoras tan interesantes como las que citas siguen más o menos "invisibilizadas".

Manuel Vilas dijo...

Estas muy guapa en el video. Ya lo creo.

Flavia Company dijo...

Manolo:
Muchas gracias, chaval, :-)

Aquñi dejo mis artículos más recientes aparecidos en La Vanguardia. Espero que los disfruten. :-)