viernes, 10 de junio de 2011

EL EDITOR DE MIS SUEÑOS

Este año hace treinta años que escribí mi primera novela.
He publicado, en total, si incluyo (cómo no) los títulos para niños, alrededor de treinta libros.
Por primera vez en mi vida un editor -Josep Lluch, mi editor- me regala una libreta de papel blanco tamaño cuartilla para que escriba mi siguiente obra. 
Hoy al mediodía había quedado con Josep: celebrábamos el contrato por mi próxima novela; ha llegado con un sobre marrón, me lo ha alargado como si nada y me ha dicho: "Tengo algo para ti".
Él no puede saber, por mucho que se lo diga, cuánto me ha emocionado su gesto.
Sí sabe, en cambio, como cualquier persona que me haya escuchado hablar más de cinco minutos sobre mis literaturas, que siempre escribo en libretas tamaño cuartilla, de papel blanco -sin cuadritos ni rayas-; pero esas libretas tiene que habérmelas regalado alguien que me aprecia. Eso quiere decir que si algún día nadie me quiere, no tendré libretas en las que escribir y, por lo tanto, dejaré de hacerlo. 
Manías de escritora. Una manía que nació, justamente, con mi primera novela, que escribí a los diecisiete años en un cuaderno que mi madre trajo de Londres. Se trataba de una libreta bastante fea, con una cubierta brillante, sobre todo blanca, en que había una especie de copa de cóctel de frutas; tenía hojas de cuadritos... y ahí escribí "Querida Nélida". La conservo, claro está. Junto a todas las otras. Hay novelas que han ocupado más de una libreta. Hay libretas empezadas con novelas que después no proseguí. He tirado libretas con novelas terminadas, después de guardarlas con esperanza unos cuanto años en algún cajón del escritorio y de descubrir y admitir, por fin, que no había por dónde pillarlas. Hay libretas que esperan su novela y novelas que esperan su libreta.
Hay un antes y un después, para mí, en el gesto que ha tenido hoy Josep Lluch. Siento que he llegado a otro lugar. Espero escribir en esa libreta la novela que él espera leer.

12 comentarios:

Carol Blenk dijo...

No me extraña que te haya emocionado ese gesto, se nota que es un editor humano y sensible. Esos detalles son los que te alegran la existencia.

Admiro a los escritores que aún escriben a mano, me parece una pasada el trabajo de pasarlo luego a ordenador, etc. Supongo que todo es cuestión de acostumbrarse y de disfrutar con una técnica o con otra.

En todo caso, benditas sean tus libretas :)

Flavia Company dijo...

Carol:
Es que me ha dejado estupefacta. Y feliz.
Lo de escribir a mano, bueno, tiene que ver con algo físico. Me gusta el papel, el sonido de la pluma al deslizarse por él, el olor de la tinta, los manchones en los dedos, tachar, escribir al margen...
Abrazos "a mano", :-)

Eva Gutiérrez Pardina dijo...

Suscribo completamente la opinión de Carol... y recuerdo la pequeña libreta de ClaireFontaine en la que empecé a escribir notas sobre Querida Nélida... que después se transformó en otra libreta tamaño folio con anotaciones, dibujos y resúmenes de lecturas sobre alquimia relacionadas con Querida Nélida... y así otra, y otra, y otra... hasta devenir una tesis doctoral. Benditas libretas las que escribí el 2000. De tanto en tanto aún las hojeo, para recordar la felicidad que sentí escribiéndolas. E infinitamente más benditas, claro, las libretas de Flavia Company que dieron vida y goce a las mías. Nunca le daré suficientemente las gracias.

Flavia Company dijo...

Eva:
Las gracias te las doy yo a ti, siempre. Y otro abrazo "a mano", :-)

Etcétera dijo...

Preciosa entrada sobre cuadernos y libretas en blanco...Yo tengo una obsesión con ellas, con llenarlas de borradores, de ideas sueltas, de poemas, de versos que tal vez no se conviertan nunca en poemas, pero tal vez sí en fragmentos de relatos o qué sé yo...............
Admiro que puedas escribir una novela..(a mí ya me cuesta escribir un relato a mano, porque hago muchos borradores) seguida en un cuaderno... y estoy contigo en que los borrones, el olor de la tinta, del papel, le dan una forma especial a aquello que escribes.
Besos "con brazos", esta vez.
EVA

carme boffi company dijo...

Bonic regal t'han fet Flavia, veig que has d'escriure un nou llibre, avisa de com va tot, saps que quan el presentis, si podem, allà estarem, petonets desde badalona

Flavia Company dijo...

Etcétera:
Veo que compartimos la pasión por los cuadernos. Son algo tan personal, ¿verdad? Abrazos con besos, pues.

Carme:
Gràcies, cosina! Ens veiem aviat!

Stalker dijo...

los gestos pequeños que salvan: pequeños acontecimientos adverbiales que no se sustantivan, no se ontologizan: un cuaderno regalado, una escritura que crea el espacio del don, de la irrenunciable hospitalidad, el encuentro con el otro, que es uno mismo y es el espacio en blanco, la novela que busca su cuaderno para escribirse, para entre-decirse en el susurro y en la espera que nace en la punta de los dedos, en el temblor que nos proyecta hacia el texto que es carne de temblor, espera, don, regalo, cuaderno, vida

preciosa reflexión, Flavia

Flavia Company dijo...

Stalker:
Muchas gracias por tu compañía, siempre intensa. Un abrazo.

Isabel dijo...

Una entrada que se lee como un párrafo de una novela y que me ha recordado a Carmen Martín Gaite con sus cuadernos.
Muy emotiva, me ha gustado mucho, pero entonces ¿no utilizas para nada el ordenador?

Flavia Company dijo...

Isabel:
Gracias por tu generoso comentario.
Pues... así es. Escribo siempre en cuadernos. Al ordenador... lo paso después, una vez terminado y tras la primera corrección. Un abrazo grande.

Anónimo dijo...

Hola!!

Que lindo post!! Realmente el placer de escribir a mano es inigualable. Lástima que aquí en Argentina encontrar libretas de ese tipo, de hojas lisas, es casi imposible.
Tenemos eso si las libretas y los viejos cuadernos Meridiano con señaladores. Si bien sus hojas son rayadas o cuadriculadas la calidad del papel es muy buena y suelen ser bastante buscados.

Saludos!!
Sergio

Aquñi dejo mis artículos más recientes aparecidos en La Vanguardia. Espero que los disfruten. :-)